Ramona T. Ruíz Bravo, destacada combatiente
A la edad de 88 años falleció en La Habana, el pasado 28 de enero, la compañera Ramona T. Ruíz Bravo, miembro de una familia cuyos integrantes se destacaron en la lucha contra la tiranía y en la forja del Estado revolucionario.
Nacida en Santiago de Cuba el 9 de octubre de 1932, en el ambiente de su hogar predominaba el amor a la Patria y el compromiso con su futuro, lo que conllevó a que todos se incorporasen desde temprano en la resistencia al golpe de Estado de 1952, encabezados por los padres: el doctor José Ruíz Velasco y Esperanza Bravo Acha. En el período previo al levantamiento del 30 de noviembre de 1956, su casa se convirtió en cuartel y refugio seguro de numerosos revolucionarios.
Ramona cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Oriente y en este centro se vinculó a las luchas estudiantiles, colaborando con Frank País y Pepito Tey en la fundación de la Universidad Obrera.
Posteriormente se unió al Movimiento 26 de Julio y cumplió riesgosas misiones bajo las órdenes de Vilma Espín, Haydee Santamaría y Asela de los Santos. Entre otras, destacan los viajes que realizó al exterior para la compra y traslado de armas al país, confección de uniformes verde olivo, y envío de pertrechos y hombres a las guerrillas, fundamentalmente al Segundo Frente Oriental Frank País.
Fue designada enlace de la dirección del Movimiento con el compañero Armando Hart Dávalos, prisionero en la cárcel de Boniato, y en compañía de Haydee lo visitó varias veces para recibir orientaciones.
Más adelante se integró al Segundo Frente en el recién creado Departamento de Educación, donde se mantuvo cumpliendo diferentes tareas en el territorio liberado de esa parte oriental hasta la entrada de las tropas rebeldes en Santiago de Cuba.
Con el triunfo de la Revolución se le encargaron otras responsabilidades, entre ellas la creación del plan de becas en la Universidad de Oriente y la fundación del sindicato de educación en la provincia. Más tarde, fue promovida a la Secretaría de Organización de dicho gremio a nivel nacional, ocupó cargos de dirección en el Ministerio de Cultura y luego pasó a profesora del Instituto Superior de Arte (ISA), hasta su jubilación.
Por su fecunda trayectoria recibió numerosas condecoraciones y reconocimientos, entre otros: Orden Frank País de primer y segundo grados. Medallas XX Aniversario del Moncada, Combatiente de la Guerra de Liberación y de la Lucha Clandestina, todas las de los aniversarios de las FAR, por la Alfabetización y la Distinción por la Cultura Nacional.
Poseía la condición de fundadora del Partido Comunista de Cuba.
Atendiendo a su voluntad, el cadáver de la destacada revolucionario fue cremado y sus restos serán depositados en el Panteón de los Veteranos del Cementerio de Colón.
Llegue a sus familiares, compañeros de lucha y trabajo los más sentidos pésames de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.