UNA DECISION IRRENUNCIABLE
La obra de la Revolución Cubana durante 66 años en el poder se inició con el rescate la soberanía y la independencia nacionales, de manos del imperio de Estados Unidos.
Como advirtiera oportunamente el líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz, una lucha más difícil siguió a la guerra de liberación nacional.
El gobierno de Estados Unidos organizó y permitió agresiones militares y terroristas e instrumentó a lo largo de más de seis décadas el criminal bloqueo económico, comercial y financiero, de impacto negativo en el desarrollo de Cuba, pero que fracasa su propósito de rendirnos por hambre y enfermedades, en primer lugar por la capacidad de resistencia de nuestro pueblo
La Revolución recuperó la tierra y la entregó a los campesinos que la trabajaban en condiciones semifeudales; rescató los recursos naturales, las industrias y los servicios fundamentales para la nación; convirtió en propietarios de las viviendas a los inquilinos que pagaban alquiler; y realizó profundas transformaciones en la educación, la salud, la cultura -incluidos la ciencia y el deporte- el pleno empleo, la seguridad y la asistencia social.
El cubano, que conquistó la dignidad plena, disfruta de igualdad de derechos y oportunidades ante la ley, sin distinción de aza, sexo ni credo religioso. La tranquilidad ciudadana no se ve perturbada por la violencia, el crimen organizado, las desapariciones y las torturas, como ocurre diariamente en gran parte del mundo.
En política exterior la Revolución cubana sostiene sus compromisos y accionar por un nuevo orden económico internacional, un mundo de justicia, libertad e igualdad. En ese contexto, Cuba, Venezuela y otros estados del área trabajan con las perspectivas de la integración de América Latina y el Caribe en el ALBA, y otros proyectos que avanzan.
Un principio enraizado en Cuba es el de la solidaridad internacional, la cual en el terreno militar tuvo su expresión más alta en el apoyo decisivo a la liberación de Guinea Bissau y Cabo Verde, Angola y Namibia y la derrota del régimen del apartheid en Sudáfrica. Más de medio millón de cubanos cumplieron misiones internacionalistas como combatientes maestros, médicos y trabajadores de la Salud, constructores y técnicos. Actualmente las cumplen decenas de miles más.
El "periodo especial", devenido tras el colapso de la Unión Soviética, influyo en que no hayamos podido avanzar con más celeridad. Han incidido también severas temporadas de sequía y huracanes, incrementadas por el cambio climático los cuales, causaron efectos devastadores que nos obliga a un descomunal y prolongado esfuerzo por restaurar las pérdidas.
Muchas son las necesidades acumuladas y limitados los recursos disponibles, pero la dirección del país trabaja con un enfoque integral por solucionar cada asunto relacionado con el desarrollo de la nación y las condiciones de vida del pueblo.
La humanidad vive un momento histórico de crisis financiera, guerras criminales y amenazas de agresiones militares del imperio yanqui contra los pueblos y de todo tipo agravada por la globalización neoliberal. Nuestros líderes han llamado a elevar al máximo la eficiencia en la utilización de nuestros recursos económicos y humanos; " y los errores de idealismo que hayamos cometido en el manejo de la economía, señalaba el Comandante en Jefe, saberlos rectificar valientemente".
Prioritaria ha sido la defensa, que se fortalece con la concepción estratégica de la Guerra de Todo el Pueblo. En el orden interno se incrementa la lucha contra la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales que afectan el avance sostenido de nuestro proyecto social.
La obra revolucionaria de 66 años y lo mucho que queda por hacer son motivos más que suficientes para reafirmar la decisión irrenunciable de construir el socialismo y en ello, los combatientes de la Revolución Cubana, seguiremos en la primera línea junto a nuestro aguerrido pueblo.