Carta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la Conferencia Nacional Constitutiva de la ACRC el 5 de diciembre de 1993

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Autor/Fuente
Carta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la Conferencia Nacional Constitutiva de la ACRC el 5 de diciembre de 1993
Fecha de publicación
Miércoles, Diciembre 30, 2020 - 11:23

Querido compañeros:

Nos hemos acostumbrados a ver como naturales, por cotidianos, los acontecimientos más extraordinarios. Y este es indudablemente uno de ellos. Por primera vez en nuestra historia se reúnen tres generaciones de revolucionarios para el recuento, la reafirmación y el combate. Ustedes representan los últimos 60 años de nuestra lucha centenaria. Es un periodo corto en la vida de una nación, pero ¡cuánto espíritu patriótico y heroísmo, cuantos esfuerzas y sacrificios hay presentes en esa sala!  Y lo más importante: ¡cuánto ha cambiado cuba en poco más de medio siglo!

Es la obra de todos, de los que sembraron la semilla de la nación al marchar a la manigua para conquistar la independencia; de los que no se dejaron aplastar por la frustración que trajo la intervención yanqui y siguieron luchando por los ideales no alcanzados;  de los que incorporaron a la batalla el arma formidable del marxismo-leninismo y sus objetivos de justicia social; de los que libraron, en las montañas o en las calles, la última etapa de la guerra de liberación nacional; y de los millones de cubanos que a partir de 1959 han convertido la revolución en carne y alma del pueblo.

Nuestra asociación nace cuando tenía que nacer. No surgió cuando la revolución era aún la obra de una vanguardia decidida, sino cuando la lleva adelante todo un pueblo combatiente. No surgió en los tiempos de bonanza, cuando a pesar de nuestra vigilancia abordaron la nave no pocos oportunistas, sino cuando la tormenta es tan fuerte, cuando los peligros son tan grandes y las penurias tan abundantes, que los flojos, los acomodados y los cazadores de privilegios se han lanzado al mar como siempre hacen las ratas.

Nuestra asociación nace como nos enseñó martí: con los pinos nuevos y los pinos viejos formando un formidable haz. Y no producto de un acto voluntarista o con propósitos de imagen, sino como una consecuencia lógica de nuestras más profundas esencias. No hay contradicciones generacionales en la revolución por una simple razón: porque no hay envidias ni ansias de poder entre sus hijos.

Ninguno de los viejos luchadores nos aferramos a cargos ni nos consideramos acreedores de la patria por haberle prestado un servicio, y mientras nos queden fuerzas estaremos en el  puesto que se nos asigne, por modesto que sea. Estamos igualmente orgullosos  y confiados de nuestra joven generación, representada aquí por derecho propio en los combatientes  internacionalistas; ella tampoco reclama puestos ni honores y ha sabido estar a la altura del ejemplo del apóstol, quien supo admirar y respetar como nadie a sus mayores, pero con igual fuerza discutir con ellos, de igual a igual, si de los intereses de la revolución se trataba. En cuba no ha habido ni habrá relevos generacionales ni entrega de banderas, sino unidad monolítica para el combate.

Los más de 300 mil hombres y mujeres que hoy integran la asociación de combatientes de la revolución cubana no son solo un ejemplo de esa realidad, sino un destacamento de primera línea para la batalla por salvar la patria, la revolución y las conquistas del socialismo.

¡Felicitémonos todos por el nacimiento de esta poderosa fuerza!

 

Fraternalmente,

Fidel Castro Ruz

Comandante en Jefe

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