Victoria de Playa Girón

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Autor/Fuente
Fuente: Contraloría General. Autor: Pedro Rioseco
Fecha de publicación
Jueves, Abril 14, 2022 - 12:44

En la madrugada del 17 de abril de 1961 el aviso de un miliciano que hacía su guardia en la costa de Playa Girón, en la Península de Zapata, confirmó lo que se esperaba, había comenzado la invasión a Cuba de tropas mercenarias con apoyo de Estados Unidos y Cuba amanecería en pie de guerra.

Esa madrugada se completaba el objetivo de la denominada “Operación Pluto” por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Pentágono de Estados Unidos, cuando la Brigada 2506 integrada por mil 500 hombres bien armados y con apoyo aéreo desembarcaron por dos puntos, Playa Girón y Playa Larga.
Habían salido de Puerto Cabezas, Nicaragua, a bordo de cinco buques de guerra de Estados Unidos, escoltados por otras unidades navales también norteamericanas, con el propósito de establecer una cabeza de playa y constituir un gobierno provisional contrarrevolucionario que solicitaría y obtendría de inmediato la intervención de los Estados Unidos.

El lugar escogido era una faja de terreno separada de tierra firme por una ciénaga de 10 kilómetros de largo, la Ciénaga de Zapata. Sólo tres terraplenes —construidos por la Revolución— comunicaban esa zona con las localidades aledañas, y los invasores consideraron fácil impedir la entrada de las tropas cubanas por esos tres accesos.
Pero la respuesta cubana fue inmediata. Rápidamente se movilizaron los batallones de milicias de Cienfuegos, Matanzas y La Habana; la Escuela Nacional de Responsables de Milicias y la de Matanzas, un batallón de la Policía Nacional Revolucionaria y las baterías artilleras del Ejército Rebelde, todos bajo el mando directo del Comandante en Jefe Fidel Castro.

Al mismo tiempo, se pusieron en ejecución los planes para la defensa de todo el territorio nacional, y se efectuó la detención inmediata de unos tres mil elementos desafectos a la Revolución, con los que la CIA contaba para organizar acciones en apoyo a la invasión mercenaria.

Ya un mes antes, los batallones de milicias habían desarticulado a las bandas armadas en el Escambray, desarticulando los planes de la inteligencia norteamericana.

Una simple ojeada a la composición de la brigada mercenaria mostraba sus objetivos de restaurar la oligarquía derrotada el 1 de enero de 1959. En ella se encontraban: 194 ex militares y esbirros de la tiranía de Fulgencio Batista, 100 latifundistas, 24 grandes propietarios, 67 casatenientes, 112 grandes comerciantes, 35 magnates industriales, 179 personas de posición acomodada, 112 elementos del lumpen e hijos y familiares de elementos acaudalados que habían perdido sus propiedades y privilegios.

El Ejército con las Milicias enfrentaron con heroísmo desde el propio 17 de abril a la brigada mercenaria, a sus unidades navales, tanques y aviones, empuñando las armas que oportunamente acababan de llegar de la Unión Soviética y Checoslovaquia, sabiendo que estaban defendiendo el socialismo proclamado por Fidel Castro en el entierro a las víctimas del bombardeo mercenario y por el cual dieron sus valiosas vidas más de 150 combatientes revolucionarios.

Al día siguiente, el 18 de abril, comenzaría la ofensiva de las fuerzas revolucionarias que liquidaría la invasión en menos de 72 horas de pisar suelo cubano, propinándole al imperialismo norteamericano y la CIA su primera gran derrota en América.

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