Combate y solidaridad en las calles de Santiago de Cuba
El Movimiento Revolucionario 26 de Julio no había dispuesto de mucho tiempo para organizar el levantamiento. Casto Amador Hernández, uno de los combatientes destacados en la preparación y ejecución de las acciones de ese día, escribiría más tarde que fue a mediados de octubre de 1956 cuando Frank País García había comunicado a los responsables del M-26-7 la necesidad de acelerar los preparativos y capacitación del personal para el acontecimiento que tendría lugar a finales de ese año.
La idea era que los grupos revolucionarios actuaran unos en el ataque directo a las instalaciones militares y otros en la realización de sabotajes en los centros de servicios públicos, alumbrado, teléfonos, así como el bloqueo de las bocacalles de acceso al cuartel Moncada y demás guaridas de la tiranía.